viernes, 27 de noviembre de 2009

GLORIOSA 22 ABANDONA!


00:00 | BANFIELD"Aquella vez teníamos que ir para atrás"En el mejor momento de su carrera, Silva cuenta por primera vez su etapa más negra: la apretada que sufrió en el Gimnasia-Boca 2006. JAVIER SCHURMAN | jschurman@ole.com.ar

Los tiempos cambian, los años pasan, pero ciertos recuerdos quedan, indemnes, en la cabeza. No importan los colores de las camisetas, sino el hecho en sí, triste, lamentable, condenable desde todo punto de vista. Pasaron algo más de tres años de aquella noche en la que la barra de Gimnasia y Esgrima La Plata entró como si nada al predio de Estancia Chica para apretar a los jugadores que, entonces, dirigía Pedro Troglio. La misión de los violentos era clara: amenazar al plantel, que un día después jugaría el segundo tiempo pendiente ante el Boca de Ricardo La Volpe, que peleaba el Apertura con Estudiantes, luego campeón.

Hubo promesas de "un tiro en cada pierna", un "a vos te matamos" y otro "agarrás esa guita y te vamos a buscar a tu casa para cagarte a tiros", que hacía referencia a los dólares que ofrecían desde otra esquina para bajar a Boca. Hubo miedo. Pánico. Silencios. Y una escandalosa derrota de Gimnasia, 4-1, que acabó por revelar lo que publicó Olé el 9 de noviembre de 2006: "Jugaron a muerte".

"Teníamos que ir para atrás porque íbamos ganando y el único que peleaba era Boca contra Estudiantes... Y bueno, teníamos que perder", admite, hoy, Santiago Silva, delantero de ese Lobo marcado por la violencia y protagonista, ahora, de la feliz campaña de Banfield. Tres temporadas más tarde del episodio, relajado por un presente diferente y distendido en una entrevista con Gol de Medianoche, el uruguayo confiesa lo que algunos, como Marcelo Goux o el propio Troglio, esbozaron pero jamás deletrearon con claridad: no podían ganar ese partido. Lo hace al opinar sobre la situación de Matías Giménez, volante de Tigre hostigado por los barras del club. Lo dice consciente, y así blanquea lo más negro de su carrera: "Quedás marcado, eso uno no se lo olvida. Fue un momento feo y no se lo recomiendo a nadie".

Silva reconoce haberse sentido desprotegido por la dirigencia del momento (el presidente era Juan Carlos Muñoz) y cree que estaba todo armado: "Cayeron todos (los barras) de repente. Ya estaba todo estipulado y nosotros no sabíamos nada".

La polémica duró semanas, la causa judicial quedó -como suele ocurrir- en la nada misma, varios jugadores debieron irse de Gimnasia y el presidente Muñoz no asumió sus responsabilidades: cerró el círculo de impunidad. Las declaraciones de Silva, autor del gol en el primer tiempo de aquel partido -jugado un mes antes y suspendido por la apretada de Muñoz al árbitro Giménez- dejan atrás el miedo y apuntan, tal vez, a forjar su revancha personal. Porque ahora, como dice el goleador, no necesitan más que de sí mismos. "Nos ayuda la arenga que hacemos con el Profe en el calentamiento. Nos pechamos, chocamos con fuerza y salimos a la cancha eléctricos, atentos, para ganar", Y ganan.

No hay comentarios: